La Anona o Guanábana

Guanábana, es una fruta verde, de aspecto un tanto extraño -tiene pinchos- y con pulpa blanca. Crece en regiones tropicales como el Caribe, México, Cuba y el norte de Sudamérica. Tiene un sabor muy dulce que la hace propicia para los postres, por lo que se utiliza en jugos y batidos, helados y tartas. El único inconveniente es que sus semillas pueden ser tóxicas, sin embargo, las propiedades de la anona son muchas para aquellos que la consumen regularmente.



Enfermedades comunes: Entre las propiedades de la anona encontramos su poder antibacterial, antiviral y antifúngico que puede ayudarnos a luchar contra un montón de enfermedades: infecciones por hongos y bacterias, y parásitos intestinales.


También es muy útil para bajar la presión arterial y el ritmo cardíaco, además de ensanchar las venas y arterias.


La anona se utiliza para tratar la depresión y el estrés, además de ser un excelente sedante del sistema nervioso. Reduce los espasmos y convulsiones, baja la fiebre, estimula la digestión, aumenta la cantidad de leche en el momento de amamantar, trata la diarrea y la disentería. Es bueno para aquellas personas que sufren de diabetes, neuralgia, reumatismo, artritis y gripe.


La anona y el cáncer. Muchas personas consideran que la anona es una planta milagrosa, ya que se la considera muy efectiva para tratar el cáncer. Algunas investigaciones y ensayos clínicos han demostrado que la anona es hasta diez mil veces más eficaz que la quimioterapia.


La anona frena el crecimiento de las células cancerosas, pero también es eficaz a la hora de matarlas. Lo particularmente interesante es que los compuestos de la fruta solo se dirigen a las células cancerosas para destruirlas, dejando indemnes a las células que funcionan bien. Esto no sucede con la quimioterapia o la radiación, los tratamientos habituales para el cáncer. La anona es especialmente potente contra el cáncer de pulmón, próstata y páncreas.


Dosis de anona. Más allá de la fruta, también se pueden consumir las hojas de la anona. Si vamos a consumir una infusión, debemos tomar una taza tres veces al día; en cambio si pensamos utilizar la tintura deben ser entre dos y cuatro mililitros tres veces al día.