CONOCE LAS FLORES AUSTRALIANAS O FLORES DE BUSH.

Las 69 esencias florales que componen el sistema Bush. El sistema Asutraliano se compone de 69 Esencias Florales.

A continuación encuentra un listado de las 69 esencias florales que componen el sistema de Bush Flower Essences.



Alpine Mint Bush (Prostanthera cureata)
Angelsword (Lobelia gibbosa)
Autumn Leaves (Hojas de Otoño)
Banksia Robur (Swamp banksia)
Bauhinia (Lysiphyllum cunningghamii)
Billy Goat Plum (Planchonia careya)
Black Eyed Susan (Tetratheca ericifolia)
Bluebell (Wahlenbergia species)
Boab (Adansonia gregorii)
Boronia (Boronia ledifolia)
Bottlebrush (Callistemon linearis)
Bush Fucshia (Epacris longiflora)
Bush Gardenia (Gardenia Megaspera)
Bush Iris (Patersonia Longifolia)
Christmas Bell
Crowea (Crowea saligna)
Dagger hakea (Hakea Teretigolia)
Dog Rose of the Wild Forces (Bavera sessiliflora)
Dog Rose (Bavera Rubioides)
Five Corners (Styphelia Triflora)
Flannel Flower (Actinotus helianthi)
Freshwater Mangrover
Fringed Violet (Thysanotus Tuberosus)
Green Essence
Green Spider Orchid (Caladenia dilatato)
Grey Spider Flower (Grevillea Buxifolia)
Gymea Lily (Doryanthes excelsa)
Hibbertia (Hibbertia pendunculata)
Illawarra Flame Tree (Brachychiton acerifolius)
Isopogon (Isopogon anethifolis)
Jacaranda (Jacaranda anethifolis)
Kangaroo Paw (Amigozanthos manglesii)
Kapok Bush (Cochlospermun fraseri)
Lichen
Little Flanel Flower (Actitotus minor)
Macrocarpa (Eucalyptus Macrocarpa)
Mint Bush (Prostan Thera Striatiflora)
Monga Waratah
Mountain Devil (Lambertia formosa)
Mulla Mulla (Pilotus atkipicifolius)
Old Man Banksia (Banksia serrata)
Paw Paw (Carica papaya)
Peach Flowered Tea Tree (Leptospermun squarrosum)
Philoteca (Philotheca salsolifolia)
Pink Flannel Flower
Pink Mulla Mulla (Ptilotus Exaltus)
Red Grevillea (Grevillea Speciosa)
Red Helmet Orchid (Corybas Dilatatus)
Red Lily (Nelumbo Nucifera)
Red Suva Frangipani (Suneiria rubra)
Rough Bluebell
She Oak (Casuarina glauca)
Silver Princes (Eucalyptus caesia)
Slender Rice Flower (Pimelea Linifolia)
Southern Cross (Xanthosia rotundifolia)
Spinifex (Triodia species)
Sturt Desert Pea (Clianthus Formosus)
Sturt Desert Rose (Gossypium sturtianum)
Sundew (Drosera Spathulata)
Sunshine Wattle (Acacia Terminalis)
Sydney Rose (Gossypium sturtianum)
Tall Mulla Mulla (Ptilotus Helipteroides)
Tall Yelow Top (Senecio magnificus)
Turkey Bush (Calytrix extipulata )
Waratah (Telopea speciosissima)
Wedding Bush-Ricinocarpus Pinifolius
Wild Potato Bush (Solanum Quadriloculatum)
Wisteria (Wisteria Sinencis)
Yellow Cowslip Orchid (Caladenia flava)







Las esencias florales tienen una larga historia, que se extiende a muchas culturas. Incluso antes de la época de Cristo fueron utilizadas para la sa­lud y la sanación, de hecho, un cierto número de libros firma que las esencias florales fueron ampliamente utilizadas en las antiguas civiliza­ciones esotéricas llamadas lemuria y Atlantis.

Los aborígenes australianos extrajeron los efectos benéficos de las esen­cias florales comiendo las flores enteras. De ese modo la esencia, en forma de rocíopotenciado por la acción del sol, era ingerida junto con la propia flor. Al mismo tiempo, los aborígenes se beneficiaban también de las cua­lidades nutritivas de la flor. Con frecuencia no distinguían entre la planta y la flor, y simplemente comían ambas. En otras ocasiones ingerían la flor por su sabor, especialmente si era rica en miel. Además, si una flor era comestible, se sentaban entre un macizo de plantas para absorber la vi­bración sanadora de ésta.

El uso de una flor con propósitos terapéuticos siempre era contemplado por parte de los aborígenes como un rito placentero. Sin duda sabían de muchas flores que podían ser utilizadas para resolver desequilibrios emo­cionales específicos.

Cierto número de otras culturas, incluyendo la egipcia, la malaya y la africana, utilizaban las flores para tratar estados y desequilibrios emocio­nales. Si bien existe todo un folclore europeo sobre los poderes sanadores de las flores, que data al menos de la Edad Media, los más tempranas usos conocidos de la utilización de las esencias florales tuvieron lugar en el siglo dieciséis, cuando ese gran místico y sanador que fue Paracelso recogía el rocío de las flores para tratar los desequilibrios emocionales de sus pacientes.

Para aquel antiguo herborista la comprensión de las propiedades sanadoras estaba basada en la Doctrina de las Signaturas, de forma que alguna peculiaridad de una planta en concreto, como la forma, el patrón de crecimiento, el color, la fragancia, o el sabor, daba una indicación de sus propiedades sanadoras. Así, por ejemplo, la eufrasia, que es una flor azul con centro amarillo, sugiere el ojo humano y era utilizada para tratar los ojos cansados; la flor de la scutellaria , que tiene una forma similar a la del cerebro humano, se utilizaba para los dolores de cabeza y para el insom­nio; las ortigas son buenas para la mala circulación; y la corteza del sauce ayuda 'en el reumatismo, que es una patología que empeora en épocas de humedad (el árbol crece en lugares húmedos). Por otra parte, el arrach es una planta hedionda que se utiliza para úlceras terribles, y las flores usa­das para tratar la ictericia, como el diente de león, la agrimonia y la celidonia, son todas de color amarillo.

Pareciera como si el conocimiento sobre las propiedades sanadoras de las esencias florales se hubiese perdido durante los últimos siglos, espe­cialmente en el mundo occidental, pero también, y hasta cierto punto, incluso entre los aborígenes.

Sin embargo, una persona moderna y pionera en el campo de las esen­cias florales, el Dr. Edward Bach (1886-1936), devolvió los remedios flora­les a su uso. El tiempo del trabajo y de la vida de Bach fue perfecto. Su comprensión de las plantas y de sus propiedades llegó justo antes de estos tiempos nuestros de mayor conciencia, para permitir a las personas familiarizarse con el concepto de esencias florales y de su forma única de sanación. Eso, al margen de los maravillosos efectos sanadores de esas tempranas esencias, continúa siendo uno de los más grandes, si no el más grande, de entre los legados del trabajo de Bach.

Tras la muerte de Bach se realizó muy poco trabajo de investigación en el campo de las esencias florales. Inglaterra fue, y todavía lo es, un país de la tradición y, por tanto, siempre se mostró allí una cierta reverencia hacia los remedios florales de Bach, que fueron contemplados como un trabajo completo en sí mismo. Pero hoy en día, sesenta años después, sabemos que aquellos remedios pioneros no trabajaban aspectos como la sexuali­dad, la comunicación, las capacidades de aprendizaje, la creatividad y la espiritualidad, que son temas tan importantes en la sociedad moderna.

Sin embargo, en los últimos diez años más o menos, se ha realizado una gran cantidad de investigación en distintas partes del mundo, ya que el tiempo está ahora ya maduro para la elevación de las esencias florales al papel al que están destinadas, como uno de los más relevantes de entre los más importantes sistemas de sanación.

Este resurgir durante la última década es muy interesante, pues es un fenómeno similar a lo que con frecuencia ha ocurrido históricamente en el mundo de las ideas: un cierto conjunto de personas que, o bien por lo general no han tenido conciencia de la existencia los unos de los otros, o bien han tenido discernimientos idénticos, se han embarcado en proyec­tos similares en un mismo momento histórico. En el arte tenemos el ejemplo de Picasso y de Braque quienes, de forma independiente el uno del otro, pintaron obras cubistas que fueron heraldos del arte abstracto moderno. En el ámbito de la ciencia se produjo el descubrimiento casi simultáneo de la descomposición del agua por parte de Watt, Cavendish y Lavoisier; como también se produjo el descubrimiento del código genético por parte de Watson, Crick y Linus Pauling; al igual que las investiga­ciones en paralelo de Darwin y Wallace llevaron a la teoría de la evolu­ción. Estos son solamente ejemplos de algunas de las instancias de ese fenómeno.

Una de las explicaciones posibles pone un énfasis considerable en fuer­zas externas, y en especial en aquellas que son de naturaleza socioeconómica, en lugar de hacerla en los pensamientos y en las acciones de las personas implicadas.

Yo tiendo a verlo desde un punto de vista metafísico. Por lo que se refiere al pensamiento actual, siento que el tiempo presente nos ofrece una sorprendente oportunidad para liberarnos quemando los residuos de nues­tras personalidades y de nuestras almas, lo cual nos permitirá alcanzar cimas desconocidas en la calidad de nuestras propias vidas, y en las rela­ciones y las interacciones que tenemos entre unos y otros. Cuando nos acercamos a este periodo de cambio, las técnicas y las herramientas que son necesarias para esa transición se manifiestan a través de discernimien­tos y de inspiraciones de aquellos que son capaces de conectar con la con­ciencia universal, o directamente con el espíritu. Es desde esas fuentes que nos llegan la comprensión y la sabiduría necesarias para movernos hacia el siguiente nivel de conciencia.

Innovaciones como las Esencias Florales Bush de Australia son especial­mente relevantes para el mundo moderno. En los últimos sesenta años ha habido muchos cambios en nuestra conciencia de nosotros mismos y de nuestro mundo, y las esencias han evolucionado como una forma de sanación para ayudamos a mantenemos acompasados con esas transformaciones. La naturaleza siempre tiene algo que ofrecer a las personas en su devenir. La amenaza de la aniquilación total mediante la guerra nuclear, la crisis medioambiental, o la velocidad a la que recibimos la información, y los rápidos cambios tecnológicos, han requerido de transformaciones muy importantes en nuestra conciencia, y ahora hay esencias que nos ayudan a manejamos con esos mismos cambios.
Cualquiera puede preparar una esencia floral ya que la técnica es, bási­camente, muy sencilla.
Pero la gracia o el desafío estriba en determinar las cualidades sanadoras de la flor. Si bien toda persona tiene el potencial necesario para determinar las propiedades sanadoras de una planta o de una esencia específica, algunas personas han sido bendecidas con una ca­pacidad especial para hacerlo.

Ese don, tal y como yo lo veo desde mi propia perspectiva y desde mi propia experiencia, es como un embudo cuya parte ancha puede ampliarse de forma inmensurable con la meditación y con otras prácticas intuitivas. Ese embudo permite que gran número de devas, de ángeles, de guías y de ayudantes del Mundo del Espíritu, se comuniquen de forma colectiva con un individuo que trabaja con ese don. Por lo general uno de los guías espi­rituales de la persona integra toda la información en una unidad unifor­me y la canaliza hacia abajo (a través del cuello del embudo, por así decir­lo), en forma de conocimiento, de sensación, o de visión. Cuando el cuello del embudo se amplía, la esfera de influencia atrae no sólo a un mayor número de ayudantes, sino también a aquellos que son de una naturaleza más altamente evolucionada. Las canalizaciones por parte de estos fluyen de forma más fácil y son de calidad más elevada.

El trabajar con ese don es una experiencia tremendamente excitante y, al mismo tiempo, humilde; como lo es el tomar conciencia de que du­rante muchos años ha habido un esfuerzo incesante e inagotable por parte de muchas almas en Espíritu para guiarlo a uno a desarrollar las técnicas necesarias para usar ese don; y también el intentar compren­der y dar contexto al alcance, al potencial y a la significación de esas canalizaciones.

Sin duda alguna el propio Bach sintió que no debía de apropiarse el crédito de su trabajo ya que él era un mero instrumento de Dios. En su libro Esoteric Healing , Douglas Baker decía que el poeta, psíquico y místi­co Robert Browning estaba dirigiendo y guiando a Bach en sus descubri­mientos, desde la Otra Orilla.

El papel y la importancia de las esencias florales en la sanación moderna ya han sido comentados, y siento que es por esas mismas razones que cierto número de personas han emprendido, de pronto, el trabajo de cana­lización y de preparación de estas importantes nuevas esencias.

Una de las cosas que para mí siempre ha sido más aparente es la magia inherente en el trabajo cuando se prepara una esencia Bush, una magia que se manifiesta en la forma de una ayuda y de una guía por parte del Espíritu. La magia siempre ha sido demasiado obvia como para no ser tenida en cuenta (ver "La Magia de Preparar las Esencias Bush"). Y todo ello es, sin duda, una confirmación de que el Mundo Espiritual (o la Con­ciencia Crística, o la Luz) quiere, sin duda alguna, que estemos en pose­sión de las esencias, y de que existe un papel importante para ellas en este momento de la historia.



Sin embargo, existe un cuerpo conservador de pensamiento que procla­ma que los remedios florales ingleses de Bach son todavía adecuados para las necesidades de hoy en día. De hecho, algunos arguyen que su sistema fue y siempre será suficiente para todas las necesidades de la humanidad. Para mí, la ayuda y la magia que son tan evidentes en la preparación de estos nuevos remedios Bush son un testimonio de que ese no es el caso. Ya que, de otro modo, ¿para qué habría de llegarnos una guía y una direc­ción tanto desde este mundo como desde el Mundo Espiritual, que nos permite preparar estas esencias de forma exitosa? Además, y por otra parte, es sin duda una gran arrogancia el pensar que solo existen treinta y cinco flores inglesas, una tibetana, una suiza, y una italiana que tienen cualidades sanadoras, y que nunca podremos descubrir plantas de flor con poderes sanadores equivalentes o incluso superiores a los de esas treinta y ocho, o bien que no existen flores cuyas esencias puedan tratar otros desequilibrios emocionales.

Anna Flora, una de las primeras personas implicadas en la preparación de las esencias florales tras la muerte de Bach, es una de las muchas perso­nas que han tenido comunicación con Bach, para que éste pudiera expre­sar su apoyo y para que se dejase saber que él está guiando e inspirando hoy en día a otras personas para que desarrollen nuevas esencias. En nu­merosas ocasiones yo he recibido mensajes similares de gran apoyo por parte del Espíritu, a través de toda una variedad de fuentes auténticas y precisas.

Los remedios australianos trabajan rápida y profundamente, incluso en personas que no viven en Australia (siempre y cuando la persona se sienta a gusto con su concepto de Australia). Si la persona se siente muy negati­va en relación con Australia, entonces las esencias Bush no serán tan efec­tivas en ese caso. Sin embargo, si su concepto de Australia es neutral o favorable, y si la persona ha hecho algún tipo de trabajo sobre sí misma para su desarrollo emocional o espiritual, entonces las Esencias Florales Bush de Australia no se verán sobrepasadas en la velocidad y en la efectivi­dad de su acción. Recordemos también que las esencias Bush trabajan sobre estados psicológicos, físicos y espirituales que son importantes a día de hoy.




En junio de 1987 recibimos un boletín del "Centro de la Red Mundial para la Convergencia Armónica" , de Glastonbury, Inglaterra. La cubierta de la publicación decía que ya sabíamos profundamente dentro de noso­tros... que la medicina floral habría de convertirse en la más nueva e im­portante forma de sanación tras la Convergencia Armónica. Ello fue una confirmación más de la relevancia de nuestro trabajo con las esencias Bush.

El poder de las esencias Bush y los resultados que producen de forma continua. son sorprendentes. Actúan como catalizadores para ayudar a resolver un vasto abanico de estados emocionales negativos, y a desarro­llar capacidades intuitivas. Sanan devolviendo a la persona la armonía emo­cional, mental y espiritual. La parte racional detrás de su capacidad sanadora está basada en esa sabiduría intemporal, que nos dice que cuando se res­taura el equilibrio emocional es cuando la verdadera sanación tiene lugar, pues la mayor parte de las enfermedades físicas son el resultado de desequilibrios emocionales.

Pero el propósito principal de las esencias es el ayudar a las personas a ponerse en contacto con su Ser Superior, con su propio centro intuitivo que es el que conoce el propósito de vida. Ahora es tiempo de que las personas aprendan, den un paso adelante a favor de aquello que creen, y sigan aquello que sienten que tienen que hacer. Es tiempo de que sepan que tienen el poder de hacer cambios positivos, no solamente para sí mis­mas sino también para el planeta, y de que sepan también que pueden realmente generarse cosas diferentes. Cuanto más utilicen las esencias, mayores serán su claridad y la calidad de sus vidas. También comenzarán a dar forma a los cambios sociales y económicos que tienen lugar a su alrededor, y a asumir el control sobre ellos.

Las esencias Bush tienen poderes sanadores extraordinarios, así como un papel muy significativo a jugar en la ayuda para la sanación del plane­ta y para la elevación del nivel de conciencia de quienes viven en él. Citan­do a Anna Flora: "Las esencias ayudan a hacer que los humanos sean más como ángeles".  Texto copiado de libro: "Esencias Florales Bush" de Ian White versión en español Editorial Nestinar