Amado Padre, Creador de todo lo que es. Sostenedor de mi vida, mueve a un lado la superficie de mi mente. Busca las memorias escondidas y comanda que liberen sus toxinas.
Permite amado Padre, que el poder limpiador de tu vida restriegue todas mis memorias dolorosas de su poder venenoso y tóxico. Ilumina los ojos de mi corazón. Enséñame las conductas, los pensamientos y las palabras de las que he de ayunar para cortar el hábito de sostener las cicatrices de mi corazón herido. Límpiame Padre, límpiame de todo aquello que me impida sentir tu presencia en mí, y la mía en Tí.
Enséñame Padre, amado Creador, enséñame. Gracias, gracias, gracias. Así es y hecho está.
Amén.