El día en que nosotros tengamos como maestro interior al alma; y que esa misma devoción sublime que tenemos por Jesús, Buda, por el Mesías que viene o el maestro que está afuera; nosotros despertemos en nuestro interior, en el corazón. Ese día estamos entrando en el Aula del Aprendizaje. Ese día somos discípulos, nos volvemos humildes porque somos vulnerables, y ocurre algo fabuloso porque volvemos a descubrir la ternura.
La ternura es el primer paso en la vida del discipulado, sin la ternura no hay buen carácter, no hay fluidez, no hay comunicación genuina; la ternura representa la comunicación desde la totalidad. La ternura representa la entrega total, es la manifestación externa del éxtasis.
En toda manifestación de ternura, sea con tu perro, con tu mascota, con tu niño, con el viejito que muere, con el mendigo, con la vida, con la planta enferma, en toda manifestación de ternura hay una manifestación espiritual.
Donde está la ternura está el agua derramándose, está el alma fluyendo realmente. Si tú me mueves por dentro, si tú me conmueves, si tú dolor se hace dolor en mi corazón, si yo me ocupo de ti por que te presto atención y nace esa solidaridad en mi corazón, es porque existe ternura.
Y esa ternura permite que nazca aquello que en mí es permanente aquello que es negentrópico en mí, que no se deteriora, que es la infancia permanente, conciencia pura e inocente en mí. Ternura es inocencia consciente, eso es ternura. La ternura no se prepara, no se mide, no se preconcibe. La ternura surge y se derrama como un manantial, simplemente baña al otro, la ternura es total.
La ternura es el lenguaje de la infancia, pero en nosotros hay una infancia permanente, algo que se mantiene siempre inocente, esa infancia permanente es el alma. Esa es la conciencia Crística, es una conciencia universal. No está ligada a un solo personaje histórico, a un hijo único de Dios, está ligado a todos nosotros que somos hijos de Dios. Cuando esa conciencia nace del corazón, y tú puedes tener ternura, cuando puedes enternecerte en tu interior y puedes conmoverte en silencio; en ese momento empieza a nacer tu verdadera iniciación, tu comienzo espiritual.