Mediante el constante uso de la afirmación
"YO SOY la Resurrección y la Vida", de forma reflexiva, conciente, con el pensamiento y la mente unidos, podemos comenzar a ajustar, armonizar, sanar, perfeccionar todo en nuestra vivencia diaria, y llevarla al "Perfecto Orden Divino".
Podemos utilizar los numerosos momentos libres que tenemos durante el día -en los viajes de ida y vuelta al trabajo o a las tiendas, cuando esperamos por alguien al teléfono-, y hacer uso de esa afirmación, en diversas formas, haciendo de esto un hábito constante, de acuerdo con lo que queramos manifestar. Por ejemplo, podemos decir:
"YO SOY la Resurrección y la Vida de la Armonía ahora manifestada", cuando deseemos tener concordia familiar o con el grupo espiritual.
Después de realizar la afirmación "Yo Soy la Resurrección y la Vida" para corregir o perfeccionar cualquier situación, debemos mantenernos en "expectativa gozosa", esperando, pendientes de que esa armonía se manifieste.
Autor: Rubén Cedeño
Edición Conjunta: EDITORIAL MANIFESTACIÓN & EDITORIAL SEÑORA PORTEÑA